En muchas ocasiones el fotógrafo debe guiar a la persona, en poses y actitud para conseguir el resultado deseado, en nuestro caso un contraluz delicado y una fotografía final, capaz de transmitir sensibilidad.
Pero en la sesión de Andrea esa guía, no fue necesaria.
Desde el minuto cero me encontré con una chica atrevida, sonriente y con una naturalidad que no todos muestran en su primer contacto con la fotografía.
Si a todo esto le sumamos una buena luz, un paisaje inmejorable y mucha versatilidad da como resultado este trabajo que dejo a continuación.
Agradecer desde aquí la confianza que tuvisteis en mi desde el primer momento y os animo al resto a probar, comentar y compartir.
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