Es una tarde de finales de agosto, en las piscinas de El Barco de Ávila, cuando de repente se oyen un frenazo y un gran golpe. Se ha producido un accidente en la nacional y un coche se a metido en el recinto de la piscina, hiriendo a tres bañistas, dos de ellos estaban tomando el sol y el tercero ha sido alcanzado por una rueda mientra nadaba.
En ese instante se pone en marcha el protocolo de seguridad.
La encargada de las piscinas llama al 112 y abre todas las puertas para que los servicios de emergencias puedan entrar. Mientras los socorristas se encargan de los heridos. Rápidamente empiezan a llegar la Guardia Civil, las ambulancias y Protección Civil.
Con la confusión del accidente un hombre con alzheimer se ha perdido. Es el momento de llamar a la unidad canina de Protección Civil de El Barco de Ávila, la única que tiene un perro de rescate operativo en toda la provincia. Una vez localizado el equipo del G.R.E.I.M. de la Guardia Civil se encarga de su rescate.
Para terminar, un espectador entra en parada cardiorespiratoria. Una verdadera tragedia, si no fuera porque todo fue un simulacro que se llevó a cabo con la participación del equipo de socorristas de las piscinas municipales, la Guardia Civil, el 112, Protección Civil, la sección canina de Protección Civil y el cuerpo del G.R.E.I.M. de la Guardia Civil.
Fue una tarde muy divertida e intensa. Una ve finalizado el simulacro se realizaron prácticas con los asistentes para que el que quisiera aprendiera a realizar la maniobra de Heimlich y la reanimación cardiopulmonar.
Quiero aprovechar para darle las gracias a todos los participantes, voluntarios y organizadores por colaborar de con nosotros y hacer nuestro trabajo mas sencillo.
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